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Relato Travesti Isabelly Dior me folla sin piedad


RELATO TRAVESTI: Isabelly Dior me folla sin piedad

Autor: badmotor2008

Relataré mi quinto encuentro con Isabelly Dior lo mejor que pueda. Han pasado unas semanas de aquella sesión que tuvo lugar el pasado 15 de julio. Tenía mi agenda complicada esos días pero no quería dejar pasar la oportunidad de otro encuentro con ella. Nos habíamos visto cinco días antes y acudí a la cita con mi culo todavía escocido. Me dio mucha caña aquel día, tal y como me gusta.

Tengo una cena con amigos en Palma. Aunque no me gusta quedar tarde, arreglo la cita para después de la misma. Durante la cena, no pienso en otra cosa más que en el postre. La cosa se demoró y aviso a Isabelly de que llegaré más tarde de lo previsto. Salgo para allá. Piso conocido y chica conocida. Perfecto. Aunque es tarde, Isabelly me recibe sonriente. Dos besos y entramos en el cuarto. Ella va ligera de ropa pero no recuerdo exactamente su vestimenta. Conjunto de lencería y tacones. Pelo suelto, perfectamente maquillada y uñas largas en color rojo. Está guapísima, eso lo recuerdo perfectamente. Me ofrece bebida. Llevo unas cuantas birras en el cuerpo, así que pido agua fresca. También pido permiso para una ducha rápida. Toalla limpia, me acompaña hasta el baño y me pego una ducha con agua bien fría. Hace mucho calor en Palma.

Regreso al cuarto con la toalla alrededor de la cintura. La sorpresa es que Isabelly me espera en pelotas con su polla erecta. Me empuja haciendo que caiga sobre la cama. Todo ello sin mediar palabra. Se sube en la cama y se queda de pie frente a mí. “Abre la boca”... escucho entonces. Obedezco y me la enchufa. No hemos ni empezado y ya está follándome la boca. Cambio de postura. Me tumba en la cama y se tira encima de mí, juntando nuestros cuerpos. Escupe en mi cara. “Ya verás. Voy a reventarte”... me suelta. Está más desatada que nunca. Yo estoy entre acojonado y excitado. Me quita la toalla, coge mi polla, bien dura por lo que estoy viviendo, y comienza a masturbarme. De repente, pellizca mis huevos hasta hacerme gritar. Se incorpora para volver a follarme la boca. “Trágatela entera, puto”... ordena. Cuando sus huevos tocan mi cara, recibo sus sacudidas. Secas y profundas. Empiezo a salivar y me saltan las lágrimas, aunque me pone verme así. Me da una ligera tregua que aprovecho para comerme sus huevos. Ella se masturba entre gemidos mientras sus testículos se mueven dentro de mi boca.

Todo va rápido. Se da la vuelta y coloca su culazo en pompa frente a mí. Me pongo de rodillas y me acerco hasta él. Restriego mi polla entre sus nalgas. Lamo glúteos. Abro bien con mis manos en busca de su agujero. Observo unos instantes y clavo mi lengua. Saboreo como si no hubiera mañana. Empujo y entro más. Ella gime y yo me deleito comiendo culo. Agarro su polla y masturbo mientras sigo con mi beso negro. La verdad es que no sé quien disfruta más en ese momento.

Isabelly se da la vuelta y me mira. Sin decir nada, coge un condón y lubricante. “Túmbate boca abajo”... ordena. Lo hago y observo de reojo como se enfunda. Echa lubricante en su mano y masajea mi culo antes de asaltarlo. Coloca su cuerpo sobre el mío y empieza a moverlo, haciéndome sentir el poderío de su barra de chocolate. Apunta hacia su objetivo ayudándose de su mano y presiona. Me abre el culo y entra hasta el fondo. De golpe. Se tumba sobre mí y empieza a follarme. Muerde mis orejas. Susurra guarradas en mis oídos. Embiste con más fuerza. Me pone la sensación de indefensión en la que estoy. Chillo de placer y muerdo almohada. De repente, sale de mí. “A cuatro patas”... escucho. Se baja de la cama y se queda de pie. Yo acerco mi culo y me pongo a tiro. Quiero más pollón. Me la clava sin miramientos y bombea fuerte. Me posee. Araña mi espalda con sus uñas. Levanta una de mis piernas, se coloca ligeramente ladeada y sigue taladrando. No sé cómo lo hace pero lleva uno de sus pies hasta mi boca. Me meto el dedo gordo y chupo mientras ella sigue dándome. Más dosis de morbo en la habitación.

“Vamos a hacer algo distinto”... escucho entonces. Me conduce hasta el baño y hace que me ponga a sus pies. “Póntela dura pero no te corras. No todavía”... ordena. Me masturbo con su polla a escasos centímetros de mi cara. En unos segundos, siento el impacto de su líquido dorado contra mi cara. Muy caliente. Abro la boca y es rellenada al instante. Saboreo. Bebo. Disfruto sintiéndome usado. Riega mi pecho. Después, mea sobre mi polla, durísima ante lo que está pasando. Su preciado chorro vuelve a mi boca donde pierde intensidad poco a poco. “Quiero que la limpies bien”... me suelta. Introduzco su polla en mi boca y paseo mi lengua con esmero. “Sécate bien que volvemos a la cama. Quiero seguir follándote”... escucho entonces.

Nuevo condón y me la enchufa de frente, colocando un cojín en la parte baja de mi espalda. Pellizcos en mis huevos. Retuerce mis pezones hasta hacerme gritar. Escupitajos en mi cara. Bofetones. Todo ello sin parar de follarme. Sale, acerca su pollón a mi boca y lo mete hasta hacerlo desaparecer. Lo tengo en mi garganta. Problemas para respirar. Sale y golpea mi cara con él. Aquí no hay síntomas de flaqueza. “¿Qué quieres?”... escucho entonces. “Ya lo sabes”... respondo. “Dímelo. Quiero escucharlo”... añade. “Quiero tu leche”... digo yo. Me pone a cuatro patas, se coloca un nuevo condón y vuelve a encularme. A saco esta vez. Aguanto como puedo. Cachetes en mis nalgas y embestidas cada vez más intensas. Sale y me hace poner de rodillas junto a la cama. Ella se queda de pie, masturbándose a escasos centímetros de mi boca. “Dame. Dame leche”... pido mientras me la casco con frenesí. Sube el ritmo de su respiración. Gime de manera cada vez más intensa. Chilla y llegan sus primeros espasmos. Su descarga impacta en mi cara. Abro bien la boca y siento el calor de su leche en mi lengua. Nuevos espasmos y más chillidos de placer. Saboreo y trago. La consistencia de su leche es más bien líquida. El sabor delicioso. Me corro antes de que el orgasmo de Isabelly llegue a su fin. Cuando cesan los espasmos, meto su polla en mi boca y la dejo bien limpia. Lo mismo que hice con su lluvia dorada un rato antes. Trago hasta la última gota de leche. Nos miramos y sonreímos ambos por tan intenso final. ¡¡Qué sexo más bueno!!

Bebo agua. Antes no pude porque Isabelly se abalanzó literalmente sobre mí. No me cansaré de decirlo. Me encanta esta chica. Ducha final. Conversación amena e inteligente echados ambos en la cama. Me acompaña hasta la puerta, dos besos y la certeza de que volveremos a vernos.


Added on May 21, 2017 at 12:00 am

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