Autor: muniecamacho


En general todos los relatos por aquí, son de experiencias vividas.
Yo tuve algunas con Leticia Bysmarck, y di cuentas con mayor o menor fortuna. Resulta que desde julio estoy en casa por culpa de una rotura del tendón de Aquiles. Confieso que me he hecho una paja detrás de otra pensando en Leticia.

Ahora, por fin, puedo salir de casa aunque sea con muletas y una bota ortopédica. Le he escrito un correo para verla el martes o para que me venga a ver. La he pedido que se vista de Ama. Deseo que entre en mi casa con unos vaqueros ajustados y ponerle un gin-tonic azul, esperarla en el salón y verla aparecer vestida de “Dómina”. Que me abofetee la cara, cuando yo le suplico que quiero chupársela. Que se tumbe en la “Chaise longue”, que beba a sorbos el gin-tonic mientras yo me trago su polla. Que me azote la espalda y que me llame puta. Sólo pienso en atragantarme.

Imagino que me tira de los pelos o que me aprieta la nuca contra su pubis lampiño. Que me pone a cuatro piernas contra el respaldo y que me la mete, y que al principio me duele. Muerdo el cojín mientras me folla sin miramientos.

Desearía que se sacara el condón y que se corriera dentro de mi culo. Es una fantaxía prohibida. Me la saca, se quita el condón, me la pone cerca de la boca, se masturba con fruición. Se corre en mi cara mientras me insulta.
Le limpio su pedazo polla con la lengua.

Ella dice: «hazme la comida y ponme un campari con champán». Mientras cocino un solomillo con salsa de queso de cabrales, siento como nuevamente me da por culo. No quedó crudo, ni al punto; quedó pasado. Se corrió en mi culo que sí estaba al punto.

La imagino manipulando el cuchillo y el tenedor, fileteando el solomillo. Me imagino su polla reducida como una salsa. Yo solo tenía hambre de su sexo.

Added on January 05, 2017 at 12:00 am